El Domingo día 11 fue una jornada particular.
Mientras llegaba nuestro público, oíamos la banda sonora de la película Mari Reilly, compuesta por Jeorge Fenton, tan inquietante y sugestiva como la temática de la película en torno al controvertido personaje del Doctor Jekyll y Mister Hyde.
La película que teníamos preparada en esta ocasión, estaba acorde con la temperatura reinante de mucho frío y agua, porque no sólo diluviaba en Sevilla, sino que incluso nevaba en algunas zonas de la capital. “Los Amantes del Círculo Polar”, nos pareció una conmovedora historia de amor puesta en escena de una manera muy poética por Julio Medem., llevándonos sagazmente, secuencia tras secuencia, al centro neurálgico de la historia.
En cuanto al corto que proyectamos, hay que decir que nos dejó a la mayoría de los asistentes un poco perplejos, tanto que se escucharon distintos significados del final, aparentemente abierto. Corto que giraba al igual que la película, en torno al controvertido y sempiterno tema del amor de pareja.
Para terminar de caldear el ambiente, y mientras disfrutábamos de nuestra tertulia pos cinematográfica, una buena copa de vino entre las manos y unos aperitivos.
Mientras llegaba nuestro público, oíamos la banda sonora de la película Mari Reilly, compuesta por Jeorge Fenton, tan inquietante y sugestiva como la temática de la película en torno al controvertido personaje del Doctor Jekyll y Mister Hyde.
La película que teníamos preparada en esta ocasión, estaba acorde con la temperatura reinante de mucho frío y agua, porque no sólo diluviaba en Sevilla, sino que incluso nevaba en algunas zonas de la capital. “Los Amantes del Círculo Polar”, nos pareció una conmovedora historia de amor puesta en escena de una manera muy poética por Julio Medem., llevándonos sagazmente, secuencia tras secuencia, al centro neurálgico de la historia.
En cuanto al corto que proyectamos, hay que decir que nos dejó a la mayoría de los asistentes un poco perplejos, tanto que se escucharon distintos significados del final, aparentemente abierto. Corto que giraba al igual que la película, en torno al controvertido y sempiterno tema del amor de pareja.
Para terminar de caldear el ambiente, y mientras disfrutábamos de nuestra tertulia pos cinematográfica, una buena copa de vino entre las manos y unos aperitivos.
La estancia de Federico García Lorca en Nueva York dio para algo más que Poeta en Nueva York y El Público. Allí Lorca escribió su único –y ampliamente desconocido- guión de cine. Viaje a la Luna es un conjunto de escenas garabateadas en unas pocas cuartillas, pero cuyo destino ha sido tan extraño como la naturaleza de sus imágenes. 
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